9/11/2010

HISTORIAS SUPINAS. Cap.I

En 1972 Wilson Amadeus, natural de Austin (Texas), se hizo rico vendiendo piedras que aseguraba provenían de la Luna. Meses más tarde John McGregor, científico, denunció a éste por estafa. Había descubierto que tales piedras no provenían de la Luna, sino que eran de una cantera de Paraguay. A partir de ese momento, cientos de demandas por estafa cayeron sobre Wilson Amadeus.

En el juicio, Wilson Amadeus alegó en su defensa que él lo que en el fondo vendía era ilusión, exclusividad y felicidad, y que la consecuencia de que John McGregor hubiese sacado a la luz que las piedras no eran lunares, había hecho de los compradores gente infeliz y deprimida.

En 1973 el gobernador de Texas firmaba la orden de ejecución en la silla eléctrica de John McGregor, culpable de atentado contra la moral, la autoestima y la felicidad de sus conciudadanos.

1 comentario:

marina setuain dijo...

Deberías escribir más a menudo Osk!!, aunque si hay que esperar para tan buena calité... aceptamos barco, por cierto, una noticia del niuspeiper de la ciudad lenteja "un preso se corta el pene en Barajas para evitar ser extraditado a Kazajistán"
Así que... ole sus huevos! jjajjajja

ya sabes, moleskine siempre a mano, quizá inicies un nuevo futuro como corresponsal aeroportuario...