HISTORIAS SUPINAS. Cap.I
En
1972 Wilson Amadeus, natural de Austin (Texas), se hizo rico
vendiendo piedras que aseguraba provenían de la Luna. Meses más
tarde John McGregor, científico, denunció a éste por estafa. Había
descubierto que tales piedras no provenían de la Luna, sino que eran
de una cantera de Paraguay. A partir de ese momento, cientos de
demandas por estafa cayeron sobre Wilson Amadeus.
En
el juicio, Wilson Amadeus alegó en su defensa que él lo que en el
fondo vendía era ilusión, exclusividad y felicidad, y que la
consecuencia de que John McGregor hubiese sacado a la luz que las
piedras no eran lunares, había hecho de los compradores gente
infeliz y deprimida.
En
1973 el gobernador de Texas firmaba la orden de ejecución en la
silla eléctrica de John McGregor, culpable de atentado contra la
moral, la autoestima y la felicidad de sus conciudadanos.
1 comentario:
Deberías escribir más a menudo Osk!!, aunque si hay que esperar para tan buena calité... aceptamos barco, por cierto, una noticia del niuspeiper de la ciudad lenteja "un preso se corta el pene en Barajas para evitar ser extraditado a Kazajistán"
Así que... ole sus huevos! jjajjajja
ya sabes, moleskine siempre a mano, quizá inicies un nuevo futuro como corresponsal aeroportuario...
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