TUPPERWARE BUSCA DUEÑO/A

Mail enviado a los compañeros/as de trabajo:

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Asunto: Recordatorio (tupperware busca dueño/a)

Me dirijo al compañero que dejó olvidado en el armario que hay debajo de la tele de la oficina una bolsa con un “tupperware” (fiambrera de plástico/carmanyola de plàstic), de tapa lila y con restos de comida (quiero creer):

—Te informo que en el armario que hay debajo de la tele de la oficina, sigue estando tu bolsa con un “tupperware” (fiambrera de plástico/carmanyola de plàstic), de tapa lila y con restos de comida (a menos que la autopsia diga lo contrario). Lo que no encontrarás será el trozo de pan que había metido en una bolsa. Quiero creer que era un trozo de pan, porque si los árboles no te dejan ver el bosque al pan le pasaba algo parecido. Lo he tirado a la papelera que hay al lado del ascensor (dudando de si hacerlo al recolector de pilas, no te creas!). Al principio me hacía compañía, pero cuando ya ha cogido confianza y le ha dado por hablar cual panfletero y pancartista en defensa del Panteísmo, esto se ha convertido en un pandemónium de dimensiones pantagruélicas no soportadas por un pánfilo como yo, poco acostumbrado a que le raye un pan y no al revés. Es por ello que tirarlo a la panpelera ha sido para mí la panacea.

Espero que este recordatorio no te haya sentado mal. No he sido yo, ha sido mi soledad. Ya no tengo quien me hable. Le estoy echando de menos. Voy a buscarlo a la papelera. Al fin y al cabo, era un trozo de pan.


Fdo. Soledad Delanuit